Llámanos (571) 318 3607941 - (571) 318 3640339 - (571) 317 6387886

contacto@conservemos.com

EL TAMAÑO SI IMPORTA

EL TAMAÑO SI IMPORTA

EL TAMAÑO SI IMPORTA

¡Soluciones a la movilidad y calidad del aire en las grandes ciudades! 



Llevamos ya un par de años hablando con taxistas, conductores privados, transporte alternativo y pasajeros de transporte masivo de cómo mejorar el tráfico y la calidad del aire en las grandes ciudades de Colombia, en particular Bogotá y Medellín. Hablamos de las dos, calidad del aire y tráfico, porque a nuestro juicio están íntimamente relacionadas.

Incluso aun después de más de 1 año y medio de una pandemia que promovió el trabajo virtual masivamente (que ha sido parte del paquete de soluciones que venimos promoviendo) los trancones están peor que nunca y la calidad del aire ni se diga… y no hablemos carreta, Colombia está aún muy lejos de tener las condiciones mínimas de seguridad que implica andar siempre en bicicleta o monopatín. El que puede, prefiere trabajar para pagar las cuotas y mantenimiento de su carro en lugar de que lo atraquen 4 a 6 veces al año en las ciclo rutas o Transmilenio.

Construir más vías, puentes, túneles e infraestructura cuesta demasiado… en especial si la corrupción y la crisis de materiales de construcción manda a la luna los precios de los proyectos…

La bicicleta (siendo yo un gomoso de la cicla) como les decía, no es la mejor opción por razones obvias de seguridad y de clima (llueve montones en Bogotá), sencillamente no hay condiciones para regresar a casa en bicicleta seguro sin andar con un palo en la espalda “por si acaso” … es claro que el tema de seguridad no vamos a tratar de solucionarlo porque habría que reformar al país y eso durara unas 3 generaciones…mínimo. ¿entonces, que puede mejorar la movilidad y la calidad del aire sin tener que esperar que llegue el metro y nos impongan más restricciones de pico y placa? (que por cierto hay mucha gente a favor y en contra) …

Hagamos cuentas… en una ciudad como Bogotá se destinan dos horas diarias promedio de los ocho millones de habitantes en recorridos del trabajo a la casa (y eso que estamos hablando solamente de un recorrido) Eso son 5.000 millones de horas (promediando 250 días al año) que incluso a un económico valor de 10.000 pesos hora, Bogotá pierde un potencial PIB de 50 Billones de Pesos. Los picos y placas ambientales y las enfermedades respiratorias nos recuerdan que no solo es tiempo sino salud la que se pierde por la contaminación vehicular, (algo así como un 20% de Transmilenio y 30% Camiones)

¿Cómo

 salvar este tiempo?

¡La primera solución que proponemos es sencilla…! REDUCIR EL TAMANO DE LOS VEHICULOS PARA QUE QUEPAN Y SE MOVILIZEN MÁS CON LAS MISMAS CALLES ¡ya sé que están pensando que es una locura, pero los grandes inventos en el mundo han salido de mentes con ideas “locas”.

Imagínense que pasaría si fuese posible asignar carriles exclusivos (así como hoy día tienen las bicicletas su carril) a las motos, los taxis y los vehículos privados que se ajusten a un nuevo estándar de tamaño, esto, sumado al uso masivo de vehículos eléctricos hacemos moñona en atacar el tema de la salud y la movilidad. Incluso hilando más fino… lo mejor ambiental y económicamente sería una red eléctrica para que los vehículos particulares de pequeño tamaño no tengan que tener baterías mega potentes, sino que se conectasen como los carros chocones de un parque de atracciones.

Ahora bien, miremos cual podría ser el impacto de esta simple idea…

Hablando solo de Bogotá, contamos con alrededor de 1.3 millones de vehículos de uso privado (sin contar motos) y desde el punto de vista de ubicación sociodemográfica o el mal llamado estrato, al final todos estamos impactados. Dicho esto, le he planteado a mi hijo de 10 años que, si no es posible hacer más vías, entonces… ¿Cómo podríamos hacer para que los mismos carros se puedan mover más rápido? … a lo que él respondió, ¡pues papá fácil!, si tenemos carros más pequeños, caben más en las calles.

Hagamos las cuentas, en la actualidad los modelos de carros tipo “Smart” es decir aquellos bien sea eléctricos o de combustible con capacidad para 2 pasajeros o incluso 4 tienen 50% de ahorro en tamaño frente a los vehículos convencionales pequeños. Usemos el Chevrolet Aveo, el Mazda 3 o el Kia siendo estos unos de los 3 carros más vendidos.

Mientras el Mazda tiene de largo casi 4,5 metros el vehículo tipo Smart solo tiene 2,4 metros esos son más de dos metros ahorrado de largo y por ende más carros que caben en la misma calle sin afectar el ancho y el número de carriles.

Ahora bien, si refinamos la solución y entendemos que porcentualmente son menos el número de carros extra dimensionados como las camionetas, su y mini van pero así podríamos pensar en que calles como la séptima en Bogotá tuviéramos dos carriles para carros pequeños, uno para carros convencionales y uno para motos, de esa manera, en una fase inicial de transición los vehículos de tamaño inteligente tendrían prioridad e incentivo.

¿Qué tan fácil o difícil es implementar esto? Contando con una amplia experiencia en el sector financiero y en especial el de financiación automotriz les puedo compartir que son de lejos más los beneficios para los gremios de ensambladores, aseguradoras y de financieras de vehículos que las desventajas potenciales.

No solo basta con pensar en estas soluciones, ¿Qué pasa por ejemplo con las personas que ya tienen un carro convencional y como podrían cambiarlo sin sufrir mayores gastos y perdidas de capital? Empecemos por decir que un carro salvo que seas transportador profesional es un pasivo y no un activo, pero aun así hay opciones muy fáciles de implementar para cambiar de carro.

En primera instancia la buena noticia es que los carros de tamaño convencional no son ni serian problema en poblaciones de baja concentración demográfica…y obvio ahora con la Pandemia mucha gente viaja a poblaciones menores. Recordemos que aquí el problema es la densidad, es decir el montonón de personas y vehículos en un mismo sitio como lo es en ciertas vías de Bogotá y Medellín que causan el gastar dos horas de nuestras vidas en transporte en un solo recorrido diario.

Dicho esto, los carros actuales perfectamente podrían ser dirigidos al mercado de segunda en poblaciones donde hay aun buena capacidad de absorción de vehículos sin causar una mayor perdía para el actual usuario. La otra es que en esta fase de transición los municipios pueden contribuir muchísimo creando incentivos sencillos como zonas azules de parqueo sin costo para vehículos de tamaño inteligente, librar impuestos distritales, así como generar créditos de financiación automotriz temporalmente subsidiados. Al final la ciudad se va ahorrar un montón de plata por no hacer más vías y mantener la malla vial ante vehículos más livianos, lo cual, haría que la productividad de la ciudad aumente (calculo yo, mínimo en un 5% del PIB de Bogotá) haciéndola más rentable.

Si estos vehículos además de ser pequeños son eléctricos, la ciudad mejorar automáticamente los índices de calidad del aire (no sobra decir que respiramos 20.000 veces al día y que bajo las actuales condiciones de calidad del aire en Bogotá y Medellín hay un riesgo claro de enfermedades respiratorias y problema de concentración por partículas de CO2).

Pero entonces, ¿Cuánto en plata seria esto?… antes de responder a esta pregunta quiero que recordemos que este proyecto en lugar de quitarle a la economía le estaría aportando, ¿de qué forma? Pues coordinando las entidades financieras y comercializadores de vehículos se generaría un negocio por 12,5 billones de pesos que haría una compensación inmediata en recaudo tributario (pagando claro está). Esto, asumiendo cambiar en primer año unos 500.000 vehículos a un costo de 25 millones por vehículo (que perfectamente es alcanzable).

Es absurdo pensar que se va a cambiar algo haciendo lo mismo…el tamaño de los vehículos si importa y debería ser criterio relevante para poder transitar, ¡así como impuestos, financiación, etc, de lo contrario la solución del mercado natal instintivo seguirá sucediendo, sin hablar de que en los últimos años ha aumentando la migración de Bogotá y Medellín a otras zonas del país, huyendo de este caos…